Palmira, de 12 años, viene desde Valencia con su madre Encarna. Su complicidad traspasa la pantalla y se nota que forman un gran equipo.
Encarna está deseando jugar a Caratarta, casi tanto como disfrutar de sus hobbies: la fotografía y cuidar sus plantas.
Palmira adora la música: canta, baila y toca el violín., pero de mayor le gustaría ser inspectora de policía.
¡Una familia con arte, ritmo y muchas ganas de ganar!