Julián tiene 11 años y viene acompañado de su madre, Nuria, desde Cornellá, un pueblo de Barcelona.
Julián nunca para quieto y tiene mil aficiones que, si pudiera, practicaría a la vez.
Sus favoritas son el skate y tocar el piano y, por el contrario, no le mola nada el dibujo, así que espera que no le toque ningún reto donde poner a prueba sus dotes pictóricas.
Lo que sí que espera es que haya muchos retos para mojarse y pringarse y, aunque a su madre eso no le apetezca tanto, vienen a darlo todo a La casa de los retos.